Casas que cuidan el medio ambiente (y a nosotros)
La preocupación por alcanzar un mayor ahorro energético y por la disminución de la huella ambiental que produce la construcción de los edificios es una materia que lleva ya unos años desarrollándose en los estudios de muchos arquitectos e interioristas. Pero, además de esta cuestión, que es sin duda importante, surge recientemente otra nueva: ¿Son sanos los edificios en los que vivimos? ¿Cómo de tóxicas son nuestras casas?
Diversos estudios revelan que la mayoría de los materiales con los que se han construido los edificios, así como el mobiliario y los elementos decorativos que colocamos en ellos, presentan compuestos químicos que emiten al aire partículas tóxicas para nuestro organismo. Ese olor “a nuevo” que desprenden a veces los muebles que compramos, o las telas de las cortinas y alfombras es, en muchas ocasiones, el reflejo sensible de los químicos que están alcanzando nuestro organismo. Si a estos tóxicos le añadimos las radiaciones a las que posiblemente estamos expuestos (electrodomésticos, instalaciones eléctricas, etc.) dentro de nuestras propias casas, podemos imaginar que todos estos elementos influyen en nuestro bienestar, por ejemplo, en la calidad de nuestro descanso. ¿Puede ser que sea nuestra propia vivienda la que no nos deja dormir bien?
Pero volvamos a la huella ecológica. La construcción es una de las actividades humanas que consume una mayor cantidad de recursos y uno de los sectores a los que más atención se debería prestar a este respecto. Parece sensato pensar que construir las viviendas de madera en lugar de hormigón y acero, como se hace habitualmente en otras regiones del mundo, es un atentado contra el medio ambiente por la tala de árboles que supone. Sin embargo, para hacer evaluaciones de huella ecológica es necesario pensar en todo el proceso que implica la producción de los materiales constructivos hasta llevarlos a obra. Si bien es cierto que el hormigón no implica tala de árboles, también lo es que para su fabricación es necesaria la energía de combustibles fósiles no renovables (petróleo, carbón) en grandes cantidades o que la extracción del aluminio con el que se fabrican nuestras ventanas conlleva complejos procesos químicos que generan cantidad de residuos tóxicos. Entonces, ¿es más o menos ecológico construir a la manera tradicional que utilizar madera?
Con todas estas cuestiones en la cabeza, el pasado viernes 21 de Octubre realizamos una visita con los alumnos del Grado de Diseño de Interiores a las obras de construcción de una vivienda de madera en Alhaurín de la Torre. Asistimos invitados por la empresa bass houses (www.basshouses.com), especialista en la ejecución de este tipo de obras, a quienes agradecemos enormemente su acogida y la dedicación que nos ofrecieron.
Sólo entrar en la casa ya ofrece una sensación distinta a cualquier obra, se respira olor a madera, es casi como estar en una carpintería. Al ver trabajar al equipo, se intuye la rapidez de la ejecución de una casa que en un tiempo récord de ocho meses desde su inicio estará lista para que sus propietarios la disfruten. Nos cuentan los técnicos todas las vicisitudes de la construcción, los detalles y anécdotas y los alumnos preguntan constantemente, fascinados por la novedad. Y es que esta vivienda no es nada común, la construcción con estructura de madera es casi anecdótica en España y, aunque están surgiendo empresas y técnicos que desarrollan esta tecnología (por otro lado, muy tradicional), es todavía una elección poco conocida y de costes elevados.
Nos cuentan los técnicos que la construcción de esta vivienda se realiza con maderas con sello de certificación de gestión forestal y de origen español, que apenas se ha utilizado agua al levantar el edificio (únicamente en la cimentación) ya que no cuenta con hormigón, que se aislarán las paredes del ruido y del frío con corcho natural y que se pintará con pinturas a la cal que permiten a la casa “respirar”. Todo con la intención de que la vivienda sea respetuosa con el medio ambiente pero también con la salud de las personas que la habitarán.
Nos despedimos de la obra con la cabeza llena de datos, pero también de ideas y de cuestiones que plantearnos a la hora de enfrentarnos a nuestros próximos proyectos de diseño de interiores. Es una tendencia que está surgiendo ahora, pero que puede (y debería) tener gran proyección, por eso pensamos que es imprescindible que nuestros alumnos la conozcan.
Cada material que elijamos tendrá una huella en el medio ambiente pero también en la persona que utilice el espacio. Debemos estar atentos y elegir muy bien los materiales de construcción en el diseño de interiores para ofrecer espacios de calidad, sanos y sostenibles.
Víctor González
Arquitecto y profesor de Diseño de Interiores en EADE Málaga.