Me gustaría comenzar está pequeña reflexión citando la siguiente frase de John Dewey:
"Si enseñamos a los estudiantes de hoy como enseñamos ayer, les estamos robando el mañana".
Personalmente esta frase me ha dado siempre mucho en lo que pensar, especialmente en mi desempeño profesional. Últimamente tengo la curiosidad y me pregunto si muchas de las clases que se imparten actualmente en el sistema universitario español, difieren mucho de aquellas que se impartían hace 20 o 30 años.
Buscar una alternativa a las metodologías didácticas tradicionales.
Actualmente, el establecimiento y desarrollo del Espacio Europeo de Educación Superior (E.E.E.S.) nos plantea un reto principal tanto a las instituciones como a los docentes, el de mejorar la calidad de la enseñanza universitaria, y requiere un gran esfuerzo por parte de la comunidad educativa enfrentarse a él y solventarlo. Dicho esfuerzo deberá ser realizado por parte de la comunidad educativa y de todos sus componentes, tratando de buscar una alternativa a las metodologías didácticas tradicionales, que permitan que los alumnos puedan adaptarse a una sociedad en continuo cambio y cada vez más globalizada. Estos cambios sociales han provocado que cambie la forma de aprender y, en consecuencia, también debería cambiar la de enseñar. Por esta razón, la implantación del E.E.E.S. obliga a las universidades a reconsiderar el modelo de enseñanza y aprendizaje tradicional, y buscar formas de enseñar y aprender que puedan plantear un reto tanto al docente como al alumnado, y en las que estos últimos sean parte implicada en el proceso de su propio aprendizaje.
Los docentes no deberíamos, por tanto, olvidarnos de que, si todo avanza, también debe hacerlo nuestra forma de impartir clases. Aunque esto, en la mente de muchos, se considere como una pérdida de tiempo o modernidades que se niegan a aceptar. En este sentido Benito y Cruz (2011) afirman: “Si reparamos en el nuevo contexto educativo que supone la construcción del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), un aspecto esencial consiste en responder a preguntas como qué es relevante enseñar y cómo es deseable hacerlo” (p.125).
Los alumnos, constructores de su propio aprendizaje.
Por lo tanto, nuestro principal objetivo será emplear metodologías en las que los docentes dejemos de ser un mero transmisor de conocimiento, para convertirnos en mediadores y guías del aprendizaje de nuestros propios alumnos, al mismo tiempo que estos pasan a ser constructores de su propio aprendizaje. Metodologías que empleen los nuevos recursos disponibles, tales como las nuevas tecnologías de información, y sobre todo muy variadas, que le enseñen al alumnado a pensar, a razonar y a buscar información, ya que el mundo laboral va a ser necesaria esta independencia.
Aprendizaje Basado en Problemas (ABP): una metodología de aprendizaje innovadora.
Existen diferentes metodologías innovadoras que se han comenzado a investigar en los últimos tiempos, que podrían aplicarse al campo de enseñanza y aprendizaje en educación superior. Como ejemplo de algunas de estas metodologías, podemos nombrar, el aprendizaje basado en proyectos, el aula/clase invertida o flipped classroom, el aprendizaje servicio, y el mobile learning entre otras. Se tratan de sistemas didácticos que promueven un aprendizaje integrado, por ejemplo, Barrows (1986) define al ABP como “un método de aprendizaje basado en el principio de usar problemas como punto de partida para la adquisición e integración de los nuevos conocimientos”.
En la actualidad, comienzan a llevarse a cabo investigaciones basadas en la aplicación de estas metodologías en diferentes asignaturas de grados universitarios (Rojo,1998: Rodríguez y Suau, Sánchez, Ruiz y Sánchez,2014; 2003; Medina,2016;), en las cuales los resultados obtenidos muestran que, por medio de las diversas experiencias didácticas de carácter innovador se consigue que el alumnado se involucre de forma más motivadora y eficaz en el aprendizaje.
Por lo tanto, los docentes deberíamos de buscar formas novedosas de enriquecer el proceso de enseñanza y aprendizaje, ya que, de este modo, muy probablemente consigamos despertar en el alumnado el deseo de aprender. Si trabajamos de un modo rutinario los elementos curriculares es muy posible que ese deseo desaparezca con el tiempo, dejando nuestra labor incompleta, ya que para poder enseñar es estrictamente necesario que exista la necesidad de querer aprender.
Benito, A. y Cruz, A. (2011). Nuevas claves para la docencia universitaria en el Espacio Europeo de Educación Superior. Madrid: Narcea
Sánchez, J., Ruiz, J., y Sánchez, E. (2014) Las clases invertidas: beneficios y estrategias para su puesta en práctica en la educación superior. Málaga: UMA
Zabalza, M. A. (2003-2004). Innovación en la enseñanza universitaria. Contextos educativos, 6(7),113-136
Zabalza, M. A. (2013). Competencias docentes del profesorado universitario, calidad y desarrollo profesional. Madrid: Narcea
1 Como se citó en Morales y Landa, 2004.
Profesora de Didáctica de la Actividad Física y Deporte en EADE Málaga